miércoles, 18 de septiembre de 2013

UNA DE VAMPIROS


Soñaba la noche en el Túmulo de las Sombras, mientras mi presa arrastraba silenciosamente hacia la salida sus restos carcomidos. Mi pecho se inchaba de aire fresco mientras rememoraba el último sorbo de elixir de vida. Y la Luna reía
 

¡Allí estaba! Dormida entre algodones en flor esperaba la llegada del Llamado. Y mientras el fuego oculto de noches fúnebres rugía tras las cortinas, el Sol dormía.
 
 
Esperaba verte una vez más, a mi lado tendida tocando mi piel curtida, gozando de la oda que el aire traía mezclado con los sollozos de la noche fría.
                                
 
Y allí estaba, surgiendo entre las sábanas atraido por el dulce olor de tu cuerpo, ansioso por devorar el flujo continuo de rosas que de tu pecho manaba. No esperes más, llegó la noche.
 

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