lunes, 1 de abril de 2013

SATANISMO


Sé que estás ahí. ¿Por qué no hablas?

Tu aliento helado revolotea entre las sombras.

Tu reflejo te delata en la penumbra.

La oscuridad se somete a tu mirada

Y los negros mensajeros graznan en la ventana.

El llanto divino baña la cal afuera

Y trae frio, y miedo,

Codicia por libertar el mito ido,

Por salir corriendo tras el hada rota.

Y el fuego eterno de azufre en llamas

Me llama sin tregua noche y día.

Y por mucho que imploro, lloro y rezo
Sé que estás ahí, y no me hablas